Nueva York en Larga Exposición

Es inevitable que a la mente lleguen imágenes de edificios icónicos cuando se piensa en la ciudad de Nueva York.  Y es que esta vibrante ciudad alberga una amplia gama de estilos arquitectónicos que van desde el Gótico y el Art Deco, hasta modernos rascacielos de metal y vidrio.  Mismos que le dan un interesante y único contraste en su estilo.  Haciendo de ella un destino obligatorio para quienes somos amantes de la fotografía de arquitectura.

Pero no solo son los edificios famosos de la ciudad los que la hacen interesante.  Son también la velocidad e intensidad con las que sus habitantes viven el día a día.  Es una metrópolis alucinante, que mezcla un sin fin de culturas que mantienen una perfecta sinergia en medio de un muy organizado caos.  Basta con poner un pie en Manhattan para contagiarse de este nivel de energía casi indescriptible y como resultado, querer salir a caminar con cámara en mano a documentarla una vez más.  Esto, sin importar los millones de veces que ha sido fotografiada.

¿Por qué la ciudad de Nueva York?

Tuve la oportunidad de visitar esta ciudad por primera vez hace casi 30 años en mi adolescencia cuando aún no sabía que me iba a convertir en fotógrafo de arquitectura.  Pero recuerdo de forma vívida la fascinación que sentí en el primer instante que estuve parado en sus calles admirando tan asombrosa urbe.  Misma fascinación que se mantiene hoy en día.  Nueva York es una de las ciudades más visitadas y fotografiadas del mundo y es quizás una joya de la arquitectura moderna, que con su incesante desarrollo, se transforma y renueva constantemente.  Manteniéndose así, siempre vigente como una Meca de la fotografía arquitectónica.  Es la capital del mundo al fin y al cabo.

Este proyecto lo quise desarrollar no solo por mi gran admiración por Nueva York sino también por mi gusto por una de las técnicas fotográficas de mi preferencia, la larga exposición tanto diurna como nocturna.  De esta forma quise plasmar tanto la majestuosidad de una arquitectura única, impecable e imponente como también la vitalidad y agitación de una ciudad que nunca duerme.